martes, 3 de septiembre de 2019

[Sueño] La maestra guía con el índice

Es mediodía, pero la luz es tan cobriza que parece de anochecer otoñal. Dentro de una vivienda entre árboles, una guía me conduce hasta una estancia con una pantalla que actúa como pizarra.
Desde el recibidor de entrada, la estancia se veía parda, como vista a través de varias gafas de sol. En cambio, cerca de la pantalla se ve claro, con la cantidad de luz perfecta. ¿Lejos de la pizarra la luz es más vieja?


La guía hace de maestra. Es una mujer de unos 30 a 35 años, de cabello castaño casi negro. Lleva gafas, pero la apariencia es lo de menos en ella. Creo que también tiene la piel pálida, pero estando entre distintas densidades de luz yo no pondría la mano en el fuego.
Me indica en la pantalla una tabla con celdas; algunas vacías y otras con números. El número importante está en una sola celdilla.

La guía empieza a recitar el número importante, pero irrumpe por una puerta de cristal un atacante que le dispara algo que solamente se oye. El atacante ya se ha ido, pero la maestra queda incapaz de hablar. Ahora ella —también— soy yo.

Apoyada, casi arrastrada, sobre mis piernas, trato de indicar el número importante con un dedo índice. Estoy el suelo y a un par de metros de la pantalla, pero señalo cuál es la celdilla importante. La identidad de la maestra guía el dedo y rodea el número desde la perspectiva de sus ojos, que ahora también son los del soñador.

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