Al contrario que con los dos primeros capítulos de Kamen Rider Zero-One, el tercero se me resistió a la hora de encontrarle el material «humorizable».
La pauta había cambiado. Seguía siendo una fórmula de presentación de amenazas para que el personaje de turno tenga que pasar a la acción, pero esta vez entraba en juego una trama autoconclusiva de dos personajes episódicos para los que no me apetecía buscar voces. Tampoco quería recurrir a las voces loquenderas; a menos que sea estrictamente necesario, voy a prescindir de Izu durante unas semanas.
Quería resolverlo todo con Valquiria.
Una de las opciones que consideré fue dividir el material de lucha en tres partes, que Valquiria pidiese dos sushis y en cada ocasión la interrumpiera la aparición de enemigos. Y que finalmente, a la tercera dijera algo pasivo-agresivo durante el plano que en el original se sitúa justo antes del opening.
No era lo que quería. No era necesario quemar tan pronto un chiste de pautas subvertidas.
Lo que de verdad me supondría un reto era resolver la situación en unos diez segundos de voces en off. Quizá me equivoque, pero considero que pedir a alguien el equivalente a dos takes de doblaje consecutivos se hace más llevadero si no tienen que preocuparse —ni yo— de meter el texto en boca.
Por otro lado, después de un espectáculo tan frenético como el episodio 02, tercia un poco de serenidad.
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