Tengo que tener cuidado con los proyectos que se me ocurren en momentos de tiempo libre y alegría vital. Luego llegan los imprevistos y no estoy a la altura. Hace poco se me ocurrió una idea que me gustó bastante. Conllevaba un trabajo importante de edición digital. Ante el primer problema insinuado, me puse en guardia. Hay cosas de las que no debo depender.
Pensé entonces en una alternativa para hacer el mismo proyecto, pero sin tantísimos cabos por atar. ¿Había una forma de contar la misma historia con menos medios y en menos tiempo?
Sorprendentemente, sentí que la versión cutre del proyecto era más graciosa. Y sobre todo, sostenible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario