jueves, 25 de febrero de 2016

[Reseña] Inside Out

Originalmente publicada en SoyFanático.cl el 30 de julio de 2015.


La semana pasada fui a ver Inside Out (en Latinoamérica Intensa mente y en España Del revés, dos adaptaciones igualmente válidas). Pixar tiene una buena trayectoria de títulos dejados en idioma original: Cars tenía el título en inglés y no pasó nada. Por suerte, Aviones no se estrenó como "Planes". Hubiera sido peor que el caso de aquella película que titularon Once y debajo decía "Una vez". ¿Es una vez, o son once? En este caso, nadie iría al cine a ver "Emotions". Y sin embargo, de eso trata.

Al inicio, se proyecta el cortometraje Lava, sobre un volcán que quiere alguien a quien amar (así ya no necesitarás ver romance durante la película). He leído alguna crítica que decía que este corto era superior al largometraje que presentaba, y tachaba a Inside Out de manipulador. Eso es como quejarse de que el cocinero del restaurante ha tocado tu comida. Dejando aparte el hecho de que al cine se va a que manipulen tus emociones, yo sentí justo lo contrario. ¿Un volcán con sentimientos? ¿Que pide que alguien le quiera, pero luego en el mejor de los casos echa humo, y en el peor, lava candente? Aunque yo fuese una volcana con pinta de santa virgen como la del corto, no querría acercarme a ese tipo pasivo-agresivo.
Pero, eh, la canción es bonita: "A long long time ago there was a f*cking hoe..."


Directos a la película. No creo muy necesaria una sinopsis, todos la han visto ya. De hecho, tampoco creo necesaria una crítica: esta es la mejor película de Pixar que he visto. ¡No leas esto, ve al cine!

Se nos presentan las emociones principales de una niña, Riley, plasmadas como unos personajes graciosos y caricaturescos al estilo de La Pantera Rosa. Si te fijas, tienen una textura afelpada, como de peluche; pero si te fijas más aún, verás que en realidad están hechos de moléculas inestables. Es decir, que Reed Richards confeccionó los uniformes de los Cuatro Fantásticos con puro tejido emocional.
Los procesos de Riley son bastante fluidos, y pasa rápido por cada fase. Comprendo que es necesario por el tempo cinematográfico, pues en la vida real duraría bastante más. No obstante, se narra de un modo verosímil y lo aceptas sin problema.

Inside Out me tocó bastante y por varias razones. Su estreno coincidió con una visita al pueblo de mi niñez: Tenía nostalgia de la sala de cine donde en su día vi Independence Day, o Demolition Man por segunda vez, ¡o incluso Toy Story! Además, con mi novia sólo había entrado a museos y filmotecas; ya era hora de acudir juntos a un estreno.
Al hecho de estar viéndola en un cine, al que tengo un cariño especial, se sumó que la historia de Riley es casi mi propia historia, ya que a los once años también sufrí una mudanza relámpago. Precisamente me vi arrancado de este pueblo en el que ahora, dos décadas después, veía la película. Vi cómo la protagonista dejaba de poder disfrutar la vida, como yo lo hice (todo ello representado de un modo inteligente y colorido). Vi cómo se le ocurría esa idea proveniente de su furia (si bien en su día a mí me pudo el temor). Había regresado a mi propia Minnesota, y estrenaban para mí una recreación de aquellos años. No puedo describir la cantidad de emociones, de todas formas y colores, que celebraron un desfile en mi interior.


El argumento no parte de una premisa original en exceso, pero está tan bien tratado que no importa. Ya hace mucho que existe Osmosis Jones, Érase una vez la vida, La cabeza de Herman... Incluso la misma Disney produjo en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial un cortometraje, Reason & Emotion, que podríamos considerar el más claro precedente; si bien su mensaje es mucho más dualista y estrecho de miras en comparación con este milagro fílmico de Pixar.


En resumen, para los niños es una emocionante aventura; para los mayores, un viaje por lo más profundo de tu corazón.
Intensa mente te hace reír.
Te hace sonreír, cuando ahora nadie apuesta por ese valor.
Te asombra, porque aparece un personaje crucial del que no te hablaron en los anuncios.
Aprendes psicología básica. Inteligencia emocional.
Y lloras, lloras mucho. Lloras hasta llenar el vaso de refresco. Y si no lloras por hacerte el machote, te lo tragas. Ya saldrá por otro lado.

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