Consejos para el ama de casa
Secuencia basada en el sketch de SNL
Secuencia basada en el sketch de SNL
Una mujer busca asesoramiento para ser mejor ama de casa. Por error, contrata a una dominatriz de sadomaso.
PERSONAJES
Rosi: ama de casa sumisa.
Dominatriz: bajo el abrigo, lleva un traje de cuero negro y una fusta.
[Un salón de casa con cocina. Revista hippie. Perchero. Mesa con mantel y platos que no importe romper (o sean irrompibles).]
ROSI.- [Al teléfono] Además, no le gusta mi café. Nunca pide repetir. Pero da lo mismo, todo eso va a cambiar. ¿No te lo dije? Bueno, pues busqué en una de las revistas de mi hija, y en la sección de clasificados estaba un anuncio de una mujer que te atiende en casa. [Suena el timbre] ¡Adelante! Sí, sí, la he contratado. ¡Pase, está abierto! Oye, Matilde, ¿te importa esperar un segundo?
DOMINATRIZ.- [Entra muy amable y educada] Buenos días. ¿Es usted doña Rosenda?
ROSI.- Sí, pero llámeme Rosi. Usted debe ser la señora Zurriago.
DOMINATRIZ.- Disculpe mi tardanza, perdí el autobús. Podemos empezar cuando usted guste.
ROSI.- Claro, deje las cosas ahí mismo, donde el perchero.
[Dominatriz va con una sonrisa al perchero. Mientras Rosenda habla, ella se quita el abrigo y deja ver un uniforme de sadomaso de cuero negro, completo con su fusta para dar latigazos. A partir de este momento, hablará en un tono autoritario e intimidante.]
ROSI.- Matilde, oye lo que dice el anuncio: "Obsesa de la limpieza. Te daré una lección de cómo limpiar bien que nunca olvidarás. Muy estricta. Disciplina inglesa." Claro, porque los ingleses trabajan muy bien. Espera, que sigue: "Todas las formas de S y M." ... Supongo que será de Salpicar y Mojar. ... 50 euros a la hora. Si lo piensas, no es tan caro, porque me va a enseñar a adecentar mejor la casa. Ya te contaré más tarde, hasta luego. [Cuelga y se dirige a la Dominatriz sin haberla visto] Bueno, manos a la... [La ve y se asusta aunque no reconozca el traje] obra.
DOMINATRIZ.- Rosi, no fue muy considerado de tu parte el tenerme esperando.
ROSI.- Eh... ¿Siempre lleva ese traje cuando va a trabajar?
DOMINATRIZ.- No me dijiste qué querías que trajera. Si lo que llevo no te gusta, siempre me lo puedo quitar.
ROSI.- No, da igual. Verá, estaba preguntándome... Tampoco importa tanto... ¿Por dónde quiere empezar?
DOMINATRIZ.- Empecemos por el suelo. Míralo, Rosi.
ROSI.- [Lo mira feliz] Vale.
DOMINATRIZ.- [Arrodilla a Rosi a la fuerza] ¡Que lo mires! [Apoya una rodilla sobre la espalda de Rosi] ¡Dime qué ves!
ROSI.- Veo mugre.
DOMINATRIZ.- Es porque no recoges el polvo antes de fregar. ¿Para qué está la aspiradora? [Golpea el suelo con la fusta. Levanta a Rosi.]
ROSI.- Bueno, es que la bolsa de la aspiradora ya no da para más y nunca me acuerdo de ir a comprar recambios...
DOMINATRIZ.- ¿Y qué pasa? ¿Que no sabes usar la escoba?
ROSI.- Señora Zurriago, me alegra mucho que haya venido, porque quería hablarle de mis platos. En el estante de allá tengo mis platos de todos los días, y esto de aquí es mi vajilla buena.
DOMINATRIZ.- [Agarra un plato] Aquí no puedo ver mi reflejo. Te mereces un castigo.
ROSI.- ¿En serio?
DOMINATRIZ.- Sí. [Arroja el plato lejos y suena a roto. Tira del mantel y caen todos los platos de la mesa]
ROSI.- Por favor, señora Zurriago... [Se acerca mucho]DOMINATRIZ.- ¡Agh, qué aliento más horrible!
ROSI.- Pero si uso enjuague bucal.
DOMINATRIZ.- Por eso huele a medicamentos. [Silencio, mira abajo]
ROSI.- ¿Qué? ¿Qué pasa ahora?
DOMINATRIZ.- Mira estas rodillas. Todas arrugadas. [Levanta la falda de Rosi con la fusta] Parecen rodillas de elefante. [Atiza a Rosi en la pierna]
ROSI.- ¡Ay! ... Señora Zurriago, tiene razón. Soy un fracaso como ama de casa. Mis hijos nunca entran corriendo para decirme: "Mamá, ¿ya está la sopa?" Y mi marido nunca me ha estrechado en sus brazos ni ha dicho: "Es mi esposa, mejor me quedo con ella."
DOMINATRIZ.- ¡Escoria! [La golpea con una mano en el vientre]
ROSI.- ¡Ay! [Se aleja, pero la Dominatriz la sigue]
DOMINATRIZ.- ¡Las patatas fritas te quedan grasientas, las lentejas se te deshacen y tus ensaladas tienen bichos!
ROSI.- ¡Señora Zurriago, por lo que más quiera! ¡Enséñeme a ser como usted, se lo ruego!
DOMINATRIZ.- Miserable insecto... ¿Cómo osas pensar que alguna vez podrías llegar a ser como yo? En 22 años de matrimonio, jamás he quemado un huevo frito.
ROSI.- [Se aferra a la pierna de la Dominatriz] ¡Señora Zurriago, por favor! ¡Ayúdeme con las ventanas!
DOMINATRIZ.- [Se dirige al perchero para vestirse] Doña Rosenda, cuando hablamos por teléfono dijo que me pagaría 50 euros la hora, más el transporte. Por esa suma, estoy dispuesta a hacer determinadas cosas. No obstante, me temo que debo finalizar aquí nuestro acuerdo. [Se detiene ante la salida] Yo no limpio ventanas. [Se va]
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