Los concursos literarios se llevan mal con los blogs. Cualquier vistazo que eches a las bases te prohibirán un relato publicado, aunque sea en Mr. Blog Recóndito Que Nadie Lee. Eso hace que la mayoría de las veces que he escrito algo, haya tenido que comérmelo de cara al público. Sin embargo, hoy traigo una alternativa. En adelante, cuando escriba un cuento (o dos principios de cuento), aunque no lo publique aquí para evitar discriminaciones en los certámenes, lo anunciaré de algún modo. Así me marcaré a mí mismo un hito, y a la vez el blog será más interesante. De modo que, damas y caballeros, aquí va la demostración de que he escrito un cuento.
¡Fuaaaaaa! ¡Pedazo de cuento que he escrito, tú! No sabes tú lo que he estado escribiendo antes, y ayer, y el otro día también. Vamos. Cacho de pasada a limpio que he tenido que hacer porque primero escribo en una hoja y luego pulo detalles. ¡Uf! ¡Mira! ¡Y no un cuento cualquiera, no, uno de esos que vienen solos, que sólo eres un canal para que se desenrede! Aunque luego tenía que estudiar, y me tuve que detener. La verdad, me falta el final. Siendo sinceros. Porque el final... Es que el final... Los finales son lo más difícil; ¿cómo decidir dónde acaba un cuento?
O sea, pedazo de cuento que he escrito, oyes.
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